
Es un trastorno del lenguaje que se caracteriza por la poca utilización de vocablos durante la infancia. Es decir, un menor que tiene retraso simple del lenguaje no utiliza la mayoría de los vocablos que los restantes niños de su grupo y sus iguales emplean para comunicarse. Él tiene una cierta demora en el uso de los fonemas y la combinación de las palabras (sintaxis) para expresar una idea.
Un niño aprende a hablar porque imita a los restantes seres humanos, sobre todo a su figura de apego, y a las demás personas con las que convive. Por eso se dice que la casa es la primera escuela.
Normalmente, puede darse el caso que el niño viva en un ambiente silencioso, en el que los miembros de la familia hablen poco entre sí y prefieran, por ejemplo, las redes sociales para comunicarse con amigos y familiares, podría desarrollar esta disfunción. (El medio, entorno y ambiente de desarrollo ha podido influenciar en la adquisición ¨pobre¨ de su lenguaje.
Pero puede que un niño que viva en un ambiente activo en donde todos hablen y hablen sin parar también le cueste expresarse, porque, aunque la casa enseña, cada ser humano ya viene con los vestigios de lo que será su personalidad en la vida adulta.
Ahora bien, debes saber que este trastorno no es un problema que no pueda ser corregido, de hecho, es uno de los más fáciles de remediar, sobre todo si se actúa sobre él desde las primeras edades. Es muy importante la detección precoz, tanto en casa, escuelas de primera infancia, como en las etapas de educación infantil y en las primeras de la educación primaria, así pues, para que el niño pueda recibir las ayudas y las atenciones educativas necesarias para su mejoría. (Puede ser por un especialista de Audición y Lenguaje)
Ten presente que el lenguaje va servir al niño para comunicarse con sus compañeros y establecer mejores relaciones sociales, le permitirá expresar sus puntos de vista, será una potente herramienta para desarrollarse en su entorno escolar y lograr una madurez cognitiva y de pensamiento.
Este desfase cronológico con respecto al habla, si bien no supone un impedimento para el
aprendizaje y el desarrollo mental del menor, sí lo dificulta. Entonces, si adviertes que tu pequeño es callado y cuando habla no articula de forma correcta, si se expresa más bien mediante sonidos, señales con el dedo y le cuesta usar las palabras que otros niños emplean, te recomendamos que estimules su lenguaje con sencillas y divertidas actividades que puedes encontrar en diferentes plataformas educativas, y también comentar estas observaciones con su tutor o tutora.
Cómo mejorar el retraso simple del lenguaje
Traducir sonidos: Jueguen a traducir sonidos. Imita, por ejemplo, el maullido de un gato y pregúntale qué animalito hace así. Puede que él te responda: ato, y entonces tú deberás corregirlo: gato, y le pedirás que repita la palabra.
Cantar: Las canciones infantiles son excelentes para enseñar a hablar a un niño, darle a conocer nuevos vocablos y hacer que entienda cómo se llama cada cosa y de qué forma se pronuncia. Si en casa todos dicen “cucha”, cuando quieren decir “escucha”, mediante las canciones él puede aprender cómo se dice correctamente la palabra. Entonces ponle canciones infantiles para que se las aprenda. Escúchenlas, bailen juntos y cántenlas. Mientras se divierten vela porque tu hijo repita el final de las frases (porque en su mayoría son los finales de las sílabas las que aprenderá) de manera correcta.
Conversar durante el juego: Conforma pequeñas oraciones, o frases muy sencillas mientras juegan. A través del diálogo introduce diversas palabras para que tu hijo aprenda a decirlas correctamente. Si le preguntas: ¿me prestas este peluche? puede que él te conteste con la cabeza. Tú deberás indicarle que te responda: Sí, mamá, coge el peluche. Pídele que te repita esto.
Dos consejos que van a ayudar a tu hijo a que se exprese mejor y supere esta dificultad..
– No permitas que te señale con el dedo o emita sonidos para indicar que quiere algo. Haz como si no lo entendieras y pídele que te hable para saber qué desea o qué quiere decirte. Si por ejemplo, quiere agua, no corras a dársela solo porque te trajo la vasija en donde suele beberla. Estimúlalo a que te diga que quiere agua, espera a que te hable.
– Corrígelo. No te pedimos que estés el día entero detrás de él para corregirle todos los fonemas. Pero a cada rato, y sobre todo con las palabras que más usa, haz que repita su correcta pronunciación.
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