Niños optimistas, niños felices…
Los niños con más voluntad y autonomía son más optimistas, y lo manifiestan con sus palabras, gestos y actitudes. Además, su mayor seguridad les hace más empáticos y generosos con los más débiles.
Mi pequeña Olivia, con dos años y ocho meses que tiene hoy, es prácticamente autónoma. Desde muy pequeñita, se empeñó en hacerlo todo por si misma: ella misma se intentaba vestir desde muy pequeña, se calzaba, se decanta por una camiseta u otra, se ponía la chaqueta… vestía a los muñecos, les ordenaba su ropita en su armario de juguete, los bañaba, arropaba… yo le llamo voluntad, predisposición y autonomía.
Recuerdo que, con tan sólo un año y medio, la ví quitándose y poniéndose las zapatillas que se cerraban con velcro. Le pregunté que por qué se cambiaba tanto las zapatillas de un pie a otro, y me dijo: «Mami, es que estoy aprendiendo a ponérmelas bien»… Claro! con sus palabritas. Pretendía no equivocarse y no poner la zapatilla derecha en el pie izquierdo. Por supuesto, no cesó en su empeño hasta que aprendió a ponerse cada zapatilla en su pie.
Hay niños que tienden a ser algo negativos y al ser pesimistas, es como si tuvieran un radar para detectar todas las cosas que no salen bien, todo lo malo o lo que no tienen, y se anticipan en negativo pensando que todo va a ir mal, de tal forma que no intentan las cosas porque siempre piensan que no van a ser capaces o les va a salir mal.
No son capaces de darse cuenta de su valía, no creen que ellos también pueden y a la larga esto puede generar un problema de inseguridad personal y baja autoestima, además de impedirles ser felices, pues en ocasiones este tipo de pensamiento y de conductas les impide afrontar con éxito las situaciones de la vida cotidiana.
Ayuda!
Es fundamental que estos niños aprendan a enfrentarse a su negatividad y cuenten con técnicas y estrategias para superarlo. Se trata de que se hagan fuertes ante las contrariedades del día a día y que sean capaces de concentrarse en los aspectos positivos en vez de quedarse atrapados en los negativos.
Ante todo recordemos que nuestro propio ejemplo es la mejor forma de enseñarles cómo afrontar el día a día de forma positiva.
Diez consejos para conseguir que el niño sea optimista
1. Analiza la situación. ¿En que momento tu hijo tiene esa actitud pesimista? ¿Es una actitud constante, o es a la hora de realizar determinadas tareas que sabe que se le dan peor?
2. Entrena con él aquella tareas que se le dan peor, eso le hará coger confianza en sí mismo.
3. Empieza a trabajar desde el nivel que se encuentra el niño, pidiéndole cosas que sabemos que si que puede conseguir. Si el nivel de exigencia es demasiado alto, el niño se puede frustrar al saber que no lo va a conseguir, y favoreceremos sus pensamientos pesimistas.
4.Trabaja la importancia del esfuerzo desde pequeño. Que sepa que ante las adversidades, la respuesta no es la queja ni verbalizaciones negativas como ‘no puedo’, ‘es que muy difícil’, ‘a mí no me sale’….
5. Refuérzale mucho cuando algo le sale bien, que se sienta importante y orgulloso.
6. Atiéndele también cuando no tiene una actitud pesimista, que vea que tiene más atención en positivo que en negativo.
7. Cuando está muy bloqueado no es el momento de hablar con él ni de hacerle razonar. Es mejor esperar a que se le pase, pues por mucho que le intentamos que vea las cosas de forma positiva, primero necesita ‘desconectar’ antes de seguir con la tarea.
8. Resalta sus cualidades, enumera o haz una lista con él de las cosas que se le dan bien, por pequeñas e insignificantes que parezcan tiene que aprender a valorarlas.
9. Enseña al niño a aceptarse como es. Tenemos que aprender a querernos y aceptarnos como somos desde pequeños con nuestras limitaciones. No siempre se puede ser el mejor jugando al fútbol, o al baloncesto. Lo importante es esforzarse para hacer las cosas lo mejor posible.
10. No olvidemos que la principal fuente de aprendizaje de los niños es el modelado. Los niños copian a sus adultos de referencia que sus padres. Seamos un modelo de superación ante las adversidades, no de negatividad.
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