
La felicidad de los hijos es una de las preocupaciones más grandes para sus padres y madres. Lo difícil viene cuando se busca balancear lo que les hace felices con lo que es bueno para ellos, aunque no necesitan ser mutuamente excluyentes. Esta preocupación se deriva de que es más probable que los niños y las niñas felices se conviertan en adultos felices, y siendo más explícita… niños emocionalmente felices, adultos emocionalmente felices.
Quiero compartir las aportaciones de Christine Carter, ella es socióloga y autora de varios libros, entre ellos ¨El aprendizaje de la felicidad¨. Con principios científicos, esta autora da una guía de 10 pasos para educar a los hijos en la felicidad y que sean adultos plenos.
Los diez hábitos de las madres de hijos e hijas felices…
Son felices
Se enseña con el ejemplo, por eso las madres de hijos felices son felices. Muchos estudios demuestran que las madres con baja autoestima, deprimidas e insatisfechas con sus vidas tienen hijos con problemas de conducta. Así que tómate un tiempo a la semana para hacer cosas que te diviertan y cultiva tu propia felicidad. La risa es contagiosa, mantente cerca de gente risueña y feliz.
Enseñan a construir relaciones sanas
Es cuestión de no solo decirle «llévate bien con tus amigos y amigas», sino de decirle cómo hacerlo: El respeto de uno mismo y hacia los demás, enseñarle a tener actos de bondad, tener empatía, saber decir lo siento y ser agradecido. Al apoyar a tus hijos para crear sus propias relaciones y respetarlas, la enseñas a crear amistades sanas que le ayudarán en su camino a la felicidad.
Son optimistas y enseñan optimismo
Este es un hábito muy importante, ya que, si desde temprana edad le enseñas a tus hijos e hijas a ver el lado bueno de las cosas, no encontrarán tantos motivos para gruñir cuando entren en la adolescencia. Christine Carter en su libro ¨El aprendizaje de la felicidad¨, señala que «el optimismo está tan cercanamente relacionado a la felicidad que las dos fácilmente pueden ser equiparadas».
Reconocen el esfuerzo de sus hijos
El poner énfasis en los logros hace que los hijos se vuelvan ansiosos e inquietos por alcanzar las metas y que no disfruten el camino para alcanzarlas, esto a veces provoca a los pequeños tender hacia la depresión, la negatividad, la desilusión y por eso, para criar hijos felices, es importante poner énfasis en el esfuerzo, la constancia y el trabajo en lo realizado, por supuesto también saber si está aprendiendo y si se está divirtiendo.
Lidian, reconocen y gestionan sus emociones
La inteligencia emocional es una habilidad que se adquiere, no una característica heredada, por lo tanto, se siente y se entrena. Pensar en que los niños van a comprender sus sentimientos y los de otras personas de forma natural no es garantía de que suceda. En la primera infancia y en su desarrollo diario van a ir conociendo sus propias emociones y reconociendo las emociones de los demás. Lo primero es que la misma mamá sepa reconocer sus emociones y sentimientos para que pueda ayudar a sus hijos a poner nombre a sus emociones y sentimientos.
Un primer paso es usar la empatía, nombrar la emoción y validarla. Por ejemplo, «entiendo que estás triste, es entristecedor que se haya roto tu juguete y estar triste está bien».
Cuando los hijos sienten tristeza, miedo, frustración o enojo, es necesario señalarles lo que sienten, igualmente cuando están felices y emocionados. Tenemos que dar normalidad y fomentar la expresión de las emociones sentidas. Permitirles que nombren su emoción y decirles que está bien sentirse así, les deja saber que sus emociones son correctas, aunque un mal comportamiento no será permitido y validado, sino reconducido con cariño y respeto.
La felicidad es un hábito
Refuerza los buenos hábitos para adquirir hábitos felices. Esto se logra quitando las distracciones para ayudarles a enfocarse en soluciones y metas. Centrarse y focalizarse en solo una meta no mermará la fuerza de voluntad, el entusiasmo y la paciencia. Las mamás felices saben que hay que seguir intentando, es un trabajo de ¨pico y pala¨, ya que, aunque no salga perfecto a la primera, y surjan recaídas, lo importante es seguir esforzándose.
Motivan a sus hijos a jugar
Jugar es esencial para el aprendizaje, deja que jueguen más y que aprendan mediante prueba y error, a través del juego, cómo es el mundo que les rodea. Ofrece más tiempo para jugar y déjalos ser felices.
Autodisciplina
La capacidad de autodisciplina es un indicador de éxito más acertado que la inteligencia. La gente disciplinada alcanza más metas que la gente inteligente. ¿Cómo ayudar a tus hijos a tener autodisciplina?… Enséñales a quitarse de las tentaciones y distracciones. Sin tentación ni distracción es más difícil fallar.
Motivan a jugar
Jugar es esencial para el aprendizaje, deja que jueguen más y que aprendan mediante prueba y error, a través del juego, cómo es el mundo que les rodea. Ofrece más tiempo para jugar y déjalos ser felices.
Preparan su hogar para la felicidad
El medio ambiente nos afecta más de lo que estamos dispuestos a admitir. Sí, lo que vemos y hacemos cambia la forma en que percibimos el mundo. Por lo tanto, no se trata solo de tener una casa linda, limpia y ordenada con espacios para ser felices. De hecho, una excelente manera de crear un ambiente más feliz para tus hijos se logra con solo apagar el televisor.
¨Prepara momentos felices¨
Por ejemplo, podríamos comer al menos una vez al día en familia. A veces, la ciencia solo termina por confirmar aquello que las abuelas ya nos habían dicho: la familia importa, ¨el acompañamiento, la escucha y el compartir nuestras emociones alrededor de la mesa¨. Esta sencilla tradición de comer los alimentos en familia refuerza los lazos mientras que hace sentirse más acompañados, arropados y felices a tus hijos.
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