Sabéis mi pasión por los caballos, y por ello la dedicación de este artículo hacia unos seres vivos animales, que a pesar de nuestras infinitas diferencias, tenemos un lazo de unión maravilloso con ellos: Las emociones.
¿Que sería de mí si en mis estados emocionales más bajos, sino hubieran estado ellos?. Muchos de mis días, tardes y ratos compartidos con ellos, me han servido para equilibrar mi estado emocional. Perderme en el tiempo, dedicándole cuidado y entendimiento. Preocupación sana, de como están, de sus cuidados habituales, su cepillado y sus horas de paseo, me han hecho sentir la persona más feliz del mundo, haciéndome dedicar tiempo para mí y para ellos, para pensar, reflexionar, entender de las muchas cosas que no encontraba sentido alguno y en muchas, muchísimas ocasiones volver a la calma.
He compartido con ellos infinidades de momentos, uno de ellos, lo catalogo uno de los más importantes: Mi embarazo, la espera de la llegada de mi hija Martina. Especialmente con uno,el más ¨expresivo¨: Meticón, que hasta el último día… a la espera de ser madre por primera vez, me preparó para esta etapa tan importante de mi vida, y tan crucial en ese momento… que casi ya han pasado seis años.
A paso durante nueve meses, me cuidó con delicadeza y cada paso que dábamos, una reflexión que yo ganaba. No he visto ser más inteligente y más comprensible. Podréis pensar… es una loca? , creerme… yo confié en él, y el en mí, lo puedo resumir en que fue seguridad de ambos y de que todo saldría perfecto. Así lo fue.
Hoy, comparto con vosotros, este sentimiento cargado de emociones hacia ellos y dando gracias que también vivo estos momentos inolvidables con mis hijas: Martina y Olivia.
Estudios recientes sobre el comportamiento animal han demostrado que los caballos poseen capacidades de comunicación sofisticadas y pueden leer las emociones de sus compañeros a través de expresiones faciales.
Los caballos han sido utilizados por mucho tiempo como animales de trabajo y como compañeros para los humanos en el deporte, el ocio y también como medio de vida, y es de sobra conocido que llegan a establecer relaciones estrechas con sus cuidadores humanos.
En el último estudio realizado en este campo, un grupo de investigación dirigido por el Profesor Asociado Ayaka Takimoto, de la Universidad japonesa de Hokkaido, ha demostrado que los caballos pueden leer las emociones humanas basándose en las señales y expresiones faciales humanas. (Puedes encontrar el artículo publicado en inglés en la revista Nature).
Los científicos utilizaron el método de violación de la expectativa para evaluar a los caballos, una técnica generalmente utilizada para estudiar el desarrollo cognitivo infantil. De esta forma, expusieron a los caballos a imágenes de expresiones faciales felices o expresiones faciales de enfado en una pantalla, seguidas por voces humanas pregrabadas en tonos felices o de enfado.
Los caballos respondieron a las voces entre 1.6 y 2 veces más rápido en la condición incongruente, independientemente de la familiaridad de la persona. Además, los caballos miraron al hablante 1,4 veces más cuando estaban familiarizados con él. Por lo que los investigadores concluyeron que los caballos eran capaces de asociar el tono de voz con expresiones faciales para interpretar las emociones humanas.
Similares resultados presentó, en el año 2015, el estudio de unos investigadores de Sussex, quienes crearon un “diccionario” de expresiones faciales de caballo . Señalando que estos animales tienen un “rico repertorio de movimientos faciales complejos”, muchos de ellos similares a los de las personas. Posteriormente, en 2017, estos mismos investigadores realizaron otro estudio en el que también los resultados sugerían que los caballos podían leer el lenguaje corporal humano, incluso cuando no conocían a la persona.
Además de lo anterior señalado, un equipo de psicólogos ha estudiado las reacciones de 28 caballos a los que mostraban fotos que contraponían expresiones humanas positivas y negativas, aunque sabéis que para mi no son ni positivas, ni negativas, simplemente son emociones.
Ante las caras enfadadas, los animales –que no habían recibido adiestramiento previo– movían la cabeza para mirar la imagen con sus ojos izquierdos, un rasgo asociado a la percepción de estímulos negativos, dada la especialización del hemisferio cerebral derecho en el procesamiento de las amenazas (la información proveniente del ojo izquierdo se dirige al lado derecho del cerebro).
También se aceleraba su ritmo cardíaco y mostraban comportamientos ligados al estrés. El estudio, publicado en la revista científica Biology Letters, concluye que esta respuesta indica que los caballos comprenden el significado de los rostros airados cuando los ven, algo que no había sido detectado hasta ahora en sus interacciones con humanos. Según explica Amy Smith, codirectora del trabajo y miembro del Grupo de Investigación de la Cognición y la Comunicación Vocal de los Mamíferos de la Universidad de Sussex, “comprobamos que los caballos reaccionan más a las expresiones negativas que a las positivas. Esto podría deberse a la importancia de reconocer amenazas. En ese contexto, distinguir los rostros enfadados podría ayudarles a anticiparse a los malos tratos”.
Karen McComb, profesora de Cognición y Comportamiento Animal de la Universidad de Sussex y codirectora de la investigación, indica que “hay varias explicaciones de nuestro descubrimiento. Los caballos podrían haber adaptado a sus relaciones con los humanos una habilidad ancestral destinada a reconocer emociones en otros miembros de su especie. También puede ser que algunos ejemplares aprendan durante su vida a interpretar las expresiones de las personas. Lo interesante es la constatación de que los caballos son capaces de romper las barreras entre especiesy reconocer emociones en los humanos, a pesar de la tremenda diferencia entre la morfología facial de unos y otros”.
Reglas de oro: Cuídalo, quiérelo, entrénalo, edúcalo, respétalo, abrázalo, compréndelo. El caballo es noble, fuerte, sensible, majestuoso y perceptivo. ¨El caballo enseña a quien sabe observar y sentir¨
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