Mi primer día. Vuelta al cole!
¿Recuerdas tu primer día de clase? Yo sí. Lo recuerdo como si fuera ayer, y eso que ya han pasado varios años desde que pisé por primera vez un aula. Es curioso, cómo hay días que se fijan en la memoria de una para siempre.
Mi primera mañana en el periodo de adaptación en el aula de Educación Infantil, exactamente en 3 años fué increíble.
Entre los compañeros había mucha ilusión, muchos sentimientos y muchas emociones juntas, podría decir que un ¨Mejunje emocional¨.
Todos nuestros rostros estaban alegres, felices y llenos de miradas con muchísima ilusión. Al recibir a los niños y darles la bienvenida en la puerta del cole en su primer día, sinceramente, se te abre el corazón. Al observar los rostros expectantes de sus madres y padres que contenían alguno que otro brillo, ya que ellos depositan mucha confianza en nosotros… nos entregan por unas horas a sus tesoros tan valiosos.
Todo fué genial, resultó que algunos lloraron, como no! , expresando su tristeza, su desapego, y eso cuesta un poquito, pero a los pocos minutos esas lagrimas desaparecieron y se sustituyeron de sonrisas y alegría. Mucho descubrimiento, mucha cooperación, mucho juego e infinitas ganas de volver al día siguiente. Que afortunada soy, por vivir este momento y compartirlo con ellos.
Emociones varias, mucha alegría, y también algo de tristeza, sorpresa al ver como reaccionan sus hijos, sus primeras fotos y sus primeros vídeos, para así luego poder recordar junto a ellos, sus primeros días.
Por otra parte, de mi primer día de clase recuerdo que iba con una mochila nueva cargada de conocimientos, varias ideas y muchos contenidos,pero vacía de experiencia…
Los consejos que voy a dar a continuación nacen de mí experiencia. Son consejos que nacen del día a día, que nacen de la pasión hacia la profesión capaz de crear otras profesiones, que surgen del error, que se alimentan de determinación y actitud. Porque enseñar no es una cuestión de suerte, sino de actitud.
Aquí comparto los 15 consejos que daría a una compañera docente minutos antes de entrar en un aula, en su 1º día de clase:
Enseña, no expliques. Para mí es crucial entender la diferencia entre enseñar y explicar en el aula.
Aprende de tus alumnos. Por muy llena de conocimientos que lleves tu mochila, no olvides que delante tienes a unas personas que siempre podrán enseñarte algo. No olvides que no eres el único poseedor de saber dentro del aula. ¿Y cómo puedes aprender de tus alumnos? Muy sencillo. Formulándoles preguntas abiertas.
Reduce al máximo la explicación magistral. No porque hables más en el aula, tus alumnos sabrán más. ¿Qué significa esto? Pues que cuando entres en el aula, preocúpate más por lo que tus alumnos pueden aprender y sentir por sí mismos que no por lo que tú eres capaz de enseñarles.
Trabaja de manera cooperativa. Trabajar en equipo, trabajar de forma cooperativa siempre supone un reto, pero precisamente la cooperación es la herramienta pedagógica que sirve para que tus alumnos aprendan por sí mismos y de otros compañeros de grupo.
Prioriza lo útil sobre lo importante. ¿Qué significa esto? Antes de entrar en el aula, pregúntate si lo que vas a enseñar es aplicable a la vida real. En muchas ocasiones, como docente priorizas lo importante, lo programado en el currículum, sobre lo útil y no tiene por qué ser siempre así. Enseñar desde la utilidad hará que tus alumnos aumenten su motivación por aprender y fomenten su creatividad.
Premia el error. Sí, has oído bien: Premiar el error. En un aula debe haber espacio para el error. Así que plantéate también premiar las intervenciones.
Trasciende el aprendizaje fuera del aula. Afortunadamente, el saber ya no está encerrado entre las cuatro paredes de un aula. A través de metodologías activas o las aulas virtuales, ya es posible trascender el conocimiento, es decir, el aprendizaje ya no es lineal, sino global.
Valora más el proceso que el resultado. En un mundo tan competitivo, la escuela debe ser un espacio para valorar no sólo el resultado, sino el esfuerzo con el que se ha conseguido ese resultado.
Opta por un aprendizaje basado en proyectos (ABP). ¿Por qué un aprendizaje en proyectos? Pues porque se basa en una metodología donde el alumno es el verdadero centro del aprendizaje y porque tiene en cuenta las habilidades y actitudes de tus alumnos.
Trabaja por una escuela inclusiva. Exclusión, segregación, integración e inclusión. Tú eliges. Yo lo tengo claro. No concibo otra educación posible que no sea una educación inclusiva, es decir una educación de todos y para todos, una educación que ni excluya ni segregue, una educación que sea integral, que luche por las desigualdades.
Incorpora la educación emocional en tu día a día. Si algo he aprendido estos años es que existe una escuela del hacer, una escuela centrada en la productividad y los resultados, pero también existe un espacio par la escuela del ser, para la escuela que trabaja las emociones en el aula como herramienta para la formación integral de los alumnos. La escuela del ser es la escuela de la empatía, la resiliencia, la autoestima, el autoconcepto y otras muchas competencias emocionales que deben formar parte el día a día en el aula de cualquier docente.
Desaprende para poder seguir aprendiendo. No se puede aprender si no se es capaz de desaprender. ¿Qué significa esto? Con el paso de los cursos académicos es muy fácil instalarse en la zona de confort. Por eso es tan importante desaprender para asumir nuevos retos, nuevas metodologías, nuevas herramientas que te hagan crecer como docente.
Nunca olvides tu sonrisa al entrar en el aula. No existe un arma más poderosa para conquistar el corazón de tus alumnos que tu sonrisa. Una sonrisa que dice mucho de ti y mucho de la manera con la que quieres enseñar a tus alumnos.
Nunca dejes de aprender, de formarte. El saber no está en lo que sabes, sino en lo que vas aprendiendo a partir de una formación continua. Ese aprendizaje es el que te ayudará a mejorar cada día, a plantearte nuevos desafíos en el aula.
Las Nuevas Tecnologías nunca te sustituirán. Siempre he sido una defensora de las TIC en el aula. Pero al igual que he defendido el papel de las Nuevas Tecnologías en el aula, también tengo claro que las herramientas que se usan en el aula nunca serán capaces de sustituirte, nunca serán capaces de hacer tu trabajo.
He elegido estos quince consejos. Sí quince, porque son los años que me llevo con mi hermana pequeña. Ahora que he llegado aquí, hoy por hoy, me doy cuenta de que tal vez estos consejos no iban dirigidos a ti, sino a mí.
¨Me doy cuenta de que, aunque mi mochila está algo más llena de experiencia, aún me queda un largo camino por recorrer. Por suerte, no estoy sola. Es más, estoy completamente segura de que tú me acompañarás en este increíble viaje que se llama educar. Yo, como siempre, cuento contigo de corazón¨
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