
¿Porque los niños se estresan?
Son un conjunto de reacciones, tanto a nivel biológico como psicológico que se producen por ciertas situaciones que el niño no puede controlar, alterando su equilibrio emocional y general.
La infancia es un período que se caracteriza por cambios, adaptaciones; los niños deben hacer frente a esas nuevas situaciones para poder superar las transiciones de una etapa a otra; y son precisamente esos factores o situaciones que producen ansiedad, intranquilidad, hiperactividad y tensión, llevándolos a comportarse de una manera distinta a la habitual.
Los factores de los que va a depender cada reacción del niño frente al estrés:
Estímulos que están estresando al niño, la percepción que tiene el niño ante estos efectos o estímulos que le causan estrés, es decir tal vez no se siente capaz de enfrentarlos o cree en la capacidad de controlar lo que siente ante algún factor estresante, el comportamiento del niño ante situaciones estresantes y el impacto que tiene sobre su desempeño escolar, relaciones sociales, familiares, salud física y emocional.
Situaciones que estresan a los niños:
* Estresores dentro del ámbito familiar: Divorcio o separación de los padres, duelo de uno o ambos padres, maltrato físico por parte de los padres, abusos sexuales en el hogar, el nacimiento de un nuevo integrante en la familia, recordad que el duelo también se produce cuando se termina una relación y el niño queda en el medio de los padres, como un tira y afloja, sin llevar a cabo la gestión de esa pérdida d lazos familiares. etc.
*Estresores en el ámbito escolar: El cambio a nivel escolar afecta su rendimiento académico, un exámen en el colegio, hablar en público u olvidar hacer una tarea o trabajo, ser molestado por niños mayores, terminar sus trabajos más tarde que los demás, ser ridiculizado en clase, cambio de aula o escuela y llegar tarde al colegio, son algunas de las circunstancias por las que el niño pasa y los adultos no le damos ningún tipo de importancia
* Estresores en el ambiente social: El ritmo de vida tan acelerado y cambiante que llevamos, ir deprisa y corriendo, muchas actividades sin periodos de descanso, ir a consultas médica o al hospital, perder o romper cosas, ser diferente (en algún aspecto).
¿Cómo reacciona un niño ante el estrés?
Cada niño es diferente por lo tanto reacciona de distinta manera ante el estrés; así también los síntomas que el niño presente como respuesta ante éste, varían de acuerdo al entorno y apoyo y entendimiento existente familiar y escolar. A continuación tenéis los síntomas y alertas emocionales y de conducta:
Sensibilidad
| Temor innecesario. Están preocupados innecesariamente
| Tienen poca confianza en sí mismos
|
Tristeza | Ansiedad
| Indiferencia
|
Tienden a postergar sus deberes.
| Despistados Se siente preocupado.
| Presentan bajo rendimiento escolar
|
Son exigentes y desafiantes. Irritabilidad.
| Su temperamento se exalta, molestan a otros niños.
| Llamadas de atención
|
Lloran sin causa alguna
| Sudor en las palmas de las manos
| Dolores de cabeza y de estómago |
Se retuercen el cabello, se muerden las uñas | Perturbación del sueño, tienen pesadillas. Problemas para dormir
| Molestia estomacal
|
Disminución del apetito
| Miedos que pueden ser nuevos o recurrentes
| No quiere estar solo, se aferra a sus padres
|
Comportamiento repentino y agresivo
| A veces mojan la cama, por primera vez o de manera recurrente
| Puede presentar regresiones, es decir comportamientos típicos de etapas anteriores del desarrollo |
¿Cómo puedo ayudar a un niño si está estresado?
Los padres tenemos una gran ventaja ante situaciones como esta, nosotros somos quienes conocemos mejor a nuestros hijos e incluso podemos saber en algunas ocasiones como va a reaccionar ante un factor estresor, y también como no nosotros como docentes mediante la observación y el desarrollo de sus competencias en sus relaciones con los compañeros, sus habilidades sociales y emocionales, demuestran en el aula su conducta y comportamientos ante las diferentes situaciones, como en las rutinas y las diferentes actividades llevadas a cabo en el aula, por lo tanto debemos informarnos para saber orientarlos sobre la manera más saludable de enfrentar la situación.
Algunos de mis consejos son:
Hacerle sentir al niño y demostrarle que está seguro en casa, y como no, en el aula y sus espacios, ser tolerantes y enseñarlos a que lo sean ante las personas y situaciones que les causen frustración.
Como agentes educativos, y como padres, madres, si tenemos esta responsabilidad, tenemos que provocar que el niño sea más abierto y comunicativo, así podrán expresar más fácilmente y con mayor libertad sus sentimientos, preocupaciones y miedos. Tenemos que generar siempre una ambiente de cariño, escucha y confianza, para que el niño ¨nos sientan¨ a su lado.
Es muy importante enseñar a los niños a ser asertivos, es decir saber decir No ante determinadas situaciones y por supuesto a que confíe en los demás (maestros, familiares, amigos y personas de su entorno más cercano) para así, pedir ayuda.
Recordar!… escucharlos sin crítica y sin hacer juicios verbales, procurando siempre estar cerca de nuestros alumnos e hijos para conversar con ellos tranquilamente.
Debemos ayudar a nuestros niños a que su autoestima crezca a través de la demostración de amor incondicional y al involucrarlo y participar con el, en tareas que lo hagan sentir feliz, contento, vivenciar experiencias de ¨satisfacción placentera¨. Estar al tanto de que realicen sus tareas y actividades pero también de que tengan momentos de descanso y relajación.
Debemos poner mucho cuidado ante los signos de estrés no resuelto en el niño.
Si detectamos que a pesar de que hemos estado al pendiente del niño, la comunicación con las familias es continua y la conducta del niños no mejora ni en casa ni en el aula y los signos de estrés no disminuyen ni desaparecen en un período prolongado de tiempo, entonces no debemos esperar al «Luego se le pasará», busquemos asesoramiento del equipo de orientación del centro educativo.
Podemos ayudar al niño a controlar su estrés…
Lo primero hablar con sus padres de sus problemas (niño-familia) y si no es posible, con alguien en quien pueda confiar. Aprendiendo a quererse y a respetarse.
Relajándose: Puede conseguirlo al escuchar música suave, dándose un baño con agua caliente, cerrando los ojos y respirando profunda y lentamente o incluso practicar técnicas de mindfulness.
Tomarse un tiempo para estar solo o dedicar unos minutos para a disfrutar de su actividad favorita: leer, pintar, tocar algún instrumento, practicar su deporte favorito, bailar…
Muy importante, fijándose metas realistas y llevar a cabo sus actividades lo mejor que pueda, recordando siempre que nadie es perfecto y que mejoraremos día a día.
En el aula hacer actividades como el «El Frasco de la Calma», una forma efectiva para estar más tranquilos, siendo conscientes del aquí y ahora.
¨Cariño y un… te quiero¨
Referencias
Achenbach, T. M., McConaughy, S. M. y Howell, C. T. (1987). Child/adolescent behavior and emotional problems: Implications of crossinformant correlations for situational specificity. Psychological Bulletin, 101, 213–232.
Adam, E. K., Klimes-Dougan, B. y Gunnar, M. (2006). Social regulation of stress physiology in infancy, childhood and adulthood: Implications for mental health and education. En D. Coch, G. Dawson y K. Fischer, Human Behavior and the Developing Brain: Atypical Development. New York: Guilford Press.
Barrett, S. y Heubeck, B. G. (2000). Relationships between school hassles and uplifts and anxiety and conduct problems in grades 3 and 4. Journal of Applied. Developmental Psychology, 21, 537-554.
Rodríguez, L (2017). Niños emocionalmente felices. Actividades para el aula. www.niñosfelices.es
del Barrio, M. V. (1997). Estresores infantiles y afrontamiento. En M. I. Hombrados (Coord.), Estrés y Salud (pp. 351-378). Valencia: Promolibro.
Martínez, A. M. (2005). Salud física. En L. Ezpeleta (Ed.), Factores de riesgo en psicopatología del desarrollo (pp. 177-202). Barcelona: Masson.
Deja un comentario